Ambiciones de Europa en IA: Unidad e Inversión

La carrera global en Inteligencia Artificial (IA) parece estar cada vez más dominada por dos actores principales: China y los Estados Unidos. Este duopolio plantea una pregunta crítica: ¿dónde está Europa, el continente históricamente reconocido por su destreza e innovación tecnológica? ¿Por qué Europa aparentemente se ha quedado atrás en la revolución de la IA?

Un Pasado Histórico

Un examen más detenido revela que las contribuciones de Europa a la IA están profundamente arraigadas y abarcan siglos. Desde filósofos antiguos hasta científicos informáticos modernos, los pensadores europeos han sentado las bases cruciales para el campo. La lógica silogística de Aristóteles, descrita en su “Organon”, se considera una exploración pionera del razonamiento mecánico. Más tarde, el “Ars Magna” de Ramon Llull tuvo como objetivo crear un lenguaje universal y un sistema de conocimiento, representando un intento temprano de construir un marco integral de IA.

En la era moderna, los científicos e investigadores europeos estuvieron a la vanguardia del desarrollo de la IA. Alan Turing, un matemático británico, conceptualizó muchas de las ideas centrales que subyacen a la IA moderna. Su Prueba de Turing sigue siendo un punto de referencia para evaluar la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente indistinguible del de un humano. Además, la investigación inicial en IA se llevó a cabo predominantemente en Europa. En 1964, el Reino Unido estableció la Society for the Study of Artificial Intelligence and Simulation of Behaviour (AISB), posiblemente la sociedad de IA más antigua a nivel mundial. Edimburgo acogió simposios de IA durante seis años consecutivos, solidificando el liderazgo temprano de Europa. La European Conference on Artificial Intelligence (ECAI), celebrada por primera vez en 1988, marcó un momento crucial al separar la IA como una disciplina distinta de la informática. DeepMind, una empresa europea, desarrolló AlphaGo, que derrotó al campeón mundial Lee Sedol y marcó un hito para la IA. Notablemente, Google adquirió DeepMind en 2014.

Mitos Regulatorios

A pesar de su historia pionera, el panorama actual de la IA en Europa pinta un cuadro diferente. Una explicación común para el rezago en el desarrollo de la IA en Europa son las regulaciones excesivamente estrictas. El sentimiento de que “Estados Unidos innova, China copia y Europa regula” ha estado circulando en varios medios de comunicación, lo que sugiere que el entorno regulatorio de Europa sofoca la innovación. Algunos críticos incluso bromean diciendo que el papel de Europa en la revolución de la IA se limita a celebrar reuniones mientras que Estados Unidos crea y China fabrica.

Sin embargo, una mirada más de cerca revela que las regulaciones europeas de IA no son tan restrictivas como se percibe comúnmente. La Ley de Inteligencia Artificial de la UE, finalizada después de tres años de debate, a menudo se presenta como el clavo final en el ataúd de la IA europea. En realidad, la Ley de IA es principalmente un marco para gobernar el uso de la IA en lugar de restringir su desarrollo. La Ley clasifica las tecnologías de IA en cuatro niveles de riesgo: inaceptable, alto, medio y bajo. Cuanto mayor sea el riesgo que plantea una aplicación de IA, más estrictos serán los requisitos de escrutinio y cumplimiento. Los infractores podrían enfrentar multas de hasta el 7% de sus ingresos globales. Culpar a la regulación por las dificultades de la IA en Europa es una simplificación excesiva.

Los Fantasmas de la Era de Internet

Los desafíos de Europa en la era de la IA están más profundamente arraigados en sus experiencias históricas, particularmente en la era de Internet. Desde los albores de Internet, las empresas europeas han luchado por competir con sus homólogas estadounidenses. Las nuevas empresas europeas, después de mostrar una promesa inicial, a menudo se ven adquiridas por empresas estadounidenses, transfiriendo efectivamente tecnología y talento valiosos a través del Atlántico.

La adquisición de DeepMind por parte de Google es un excelente ejemplo. Datakalab, una empresa francesa especializada en compresión de algoritmos e IA integrada, fue adquirida por Apple. Brighter AI, que se centró en anonimizar datos personales en imágenes y videos, también fue adquirida por una empresa estadounidense. Incluso Mistral, promocionado por el presidente Macron como la respuesta de Europa a OpenAI, tiene una importante participación estadounidense. Los fondos de capital de riesgo y los gigantes de la industria estadounidenses financiaron fuertemente las rondas de financiación iniciales de Mistral. También depende de los servicios en la nube Azure de Microsoft y tiene un acuerdo con Amazon para ser un desarrollador de modelos de base para Amazon Bedrock.

El empresario francés de Internet Xavier Niel advirtió que, si bien Europa actualmente puede desarrollar modelos de IA prometedores, no está seguro de si estos talentos y empresas serán cazados furtivamente en los próximos años. Esto plantea la pregunta: ¿qué están haciendo los inversores europeos mientras se compran talentos europeos? ¿Por qué no están apoyando a sus propias nuevas empresas?

Brecha de Inversión

Esta situación destaca un problema histórico que ha afectado a Europa desde el auge de Internet. Según un informe de la OCDE publicado en mayo de 2024, Estados Unidos lidera la inversión privada en campos relacionados con la IA, con aproximadamente $300 mil millones. China ocupa el segundo lugar con alrededor de $91 mil millones, mientras que la UE se queda muy atrás con menos de la mitad de la inversión de China, con $45 mil millones. Los inversores europeos parecen preferir los éxitos establecidos sobre las empresas en etapa inicial.

En los EE. UU. y China, una trayectoria común de inicio involucra a un equipo que desarrolla una demostración, asegura la financiación inicial y se expande agresivamente para capturar el mercado, a menudo operando con pérdidas. Este modelo, probado con éxito durante las últimas dos décadas, se considera una fase necesaria para el dominio del mercado. Sin embargo, los inversores europeos a menudo exigen una rentabilidad inmediata, un crecimiento constante del precio de las acciones y dividendos, incluso de las nuevas empresas tecnológicas. Esto obliga a las empresas a priorizar la rentabilidad sobre el crecimiento rápido. Las nuevas empresas europeas suelen tardar entre dos y tres años en asegurar su primera inversión, mientras que nuevas empresas similares en China pueden fracasar si no reciben financiación en un año.

Esta diferencia en la filosofía de inversión impacta el entusiasmo por el emprendimiento, especialmente en sectores emergentes como la IA. La falta de financiación obliga a las empresas a recortar costos, lo que lleva a una escasez de talento en IA e impide aún más el rápido desarrollo de la IA en Europa.

La Fuga de Cerebros

La escasez de talento en IA en Europa no se debe necesariamente a una falta de aptitud, sino más bien a los efectos persistentes de la revolución de la tecnología de la información, donde Estados Unidos y China dejaron atrás a Europa. Muchos ingenieros de IA se transforman esencialmente en ingenieros de software de Internet. La brecha en la compensación entre Europa y los EE. UU. se está ampliando. Según Builtin, el salario promedio para los ingenieros de IA en los EE. UU. supera los $170,000, con una compensación total que alcanza más de $210,000 con incentivos. Los datos de Jobicy muestran que el salario anual promedio para los ingenieros de IA en el Reino Unido es de solo $110,000, ligeramente más alto en Alemania con $120,000 y menos de $110,000 en Francia.

Reconociendo esta brecha de talento, los EE. UU. han tomado medidas para atraer a profesionales de la IA. En 2023, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva que facilita las normas de inmigración y amplía las categorías de visas para expertos en IA y tecnologías emergentes, lo que facilita a los profesionales de la IA obtener visas de trabajo o tarjetas verdes en los EE. UU.

A pesar de la percepción de que los europeos priorizan el ocio y los altos beneficios sociales, muchos profesionales de TI europeos están dispuestos a cambiar vacaciones más largas por salarios significativamente más altos. La elección entre conducir un coche de lujo y vivir en una mansión en la costa oeste de los EE. UU., volar en primera clase o quedarse en Europa y preocuparse por los gastos diarios no es difícil para muchos. Los foros en línea están llenos de historias de ingenieros europeos que votan con los pies.

La Necesidad de una Fuerza Unificadora

En última instancia, las dificultades de Europa en materia de IA pueden derivar de la ausencia de una fuerza unificadora. Aunque la UE tiene una población de 500 millones de habitantes y una economía comparable a la de los EE. UU., el mercado europeo está fragmentado. Los estados miembros de la UE y el Reino Unido tienen diferencias significativas en idioma, escritura y cultura. La UE tiene 24 idiomas oficiales. Las empresas deben navegar por cada mercado individualmente, lo que dificulta escalar rápidamente. Los gigantes tecnológicos estadounidenses pueden dominar rápidamente el mercado antes de que las empresas europeas puedan establecer una posición.

Para los modelos de lenguaje grandes modernos, la potencia informática robusta y los conjuntos de datos unificados son cruciales. Si bien la financiación puede abordar la potencia informática, adquirir conjuntos de datos unificados y de alta calidad es un desafío más importante.

En esencia, la posición rezagada de Europa en la revolución de la IA refleja su experiencia en la era de Internet.

Iniciativas e Inversiones

Los gobiernos europeos reconocen estos desafíos y han lanzado varias iniciativas de IA. La Iniciativa de Campeones de la IA de la UE tiene como objetivo acelerar el desarrollo de la IA centrándose en las grandes empresas que lideran la carga. El programa Horizon Europe asigna 1.000 millones de euros anuales a la investigación y el desarrollo de la IA, apoyando el desarrollo y el despliegue de la IA. A partir de este año, se destinarán 1.300 millones de euros adicionales a modelos de lenguaje grandes y al desarrollo de grupos de talento. La iniciativa InvestAI busca recaudar 200.000 millones de euros para seguir invirtiendo en IA. La Ley de IA de la UE incluso facilita las regulaciones para las pequeñas y medianas empresas.

Sin embargo, estos esfuerzos podrían ser insuficientes para superar los desafíos estructurales profundamente arraigados. Puede que sea necesaria una fuerza unificadora para liberar realmente el potencial de la IA de Europa.